Probablemente, si estás embarazada o has tenido un hijo recientemente, te hayas preguntado qué es el puerperio y cuánto dura. Acompáñame a conocer un poco mejor esta desconocida etapa.
Postparto o puerperio: ¿Qué es?
Según la OMS, el postparto, también conocido como puerperio, es el periodo que abarca desde que termina el parto con la salida de la placenta, hasta las 6 semanas posteriores, conocido coloquialmente como la cuarentena.
Pero esta definición se queda un poco corta, ¿no crees?
Según la definición clásica, en solo 6 semanas el cuerpo de la mujer debe volver al estado pregravídico (como estaba antes del embarazo). Y para colmo, la imagen del postparto en redes sociales y medios de comunicación ha sido hasta ahora un escaparate, totalmente idealizado: hacer parecer que no se ha parido al tercer día de haber dado a luz… ¡Tenemos presión hasta para esto! Pero por suerte las nuevas corrientes empiezan a remar en otra dirección.
Cuando nace un bebé nace una madre
Se empieza a entender el postparto como un periodo vital transcendental, en la que los bebés acaban de llegar al mundo, pero también son recién nacidos las madres y los padres en este nuevo rol que deben desempeñar. En lugar de una recuperación, se convierte en un periodo de adaptación a la nueva situación, en la que suceden tantos cambios en muchos niveles. Incluso en países como Canadá, se acepta una duración del postparto de 12 meses.
Si quieres saber qué tipo de cambios se van a dar en este periodo y qué cuidados y recomendaciones podemos seguir para conseguir esa adaptación, continua leyendo.
Cambios en tu cuerpo, cuidados para la madre y recomendaciones para el postparto
Ahora que sabemos que el postparto es una experiencia vital importantísima caracterizada por cambios a muchos niveles, vamos a conocer qué podemos esperar de esta etapa:
Postparto: cambios en la vida diaria
Es uno de los grandes cambios que requiere la mayor de las adaptaciones. Pasamos de ser sujetos independientes en pareja o solas, a ser responsables a tiempo completo de nuestro bebé, que requiere de nuestros cuidados y atenciones al 100%.
Tendrás que alimentarlo mínimo 8 veces al día los primeros meses, procurarle higiene y crear el vínculo madre-hijo, entre otras cosas. Vuestra rutina se convierte en aplicar y aprender a realizar todos estos cuidados si eres madre primeriza (y padre), y llevar a cabo las tareas domésticas, todo esto con pocas horas de sueño.
Todo lo demás pasa a un segundo plano: relaciones sociales, relación de pareja si la hay, hobbies, descanso… Al nacer nuestro bebé también nacemos como madres y padres, y se producen grandes cambios en nuestras prioridades y en la forma de ver la vida, a lo que nos adaptamos lentamente.
Es lógico que ante esta situación nos sintamos agobiados, estresados y no en pocas ocasiones hasta al punto de sentirse desbordados. Debemos prever esta situación, y afrontarla con actitud positiva, asumir que el postparto requiere esta adaptación y tener una red de apoyo que nos sostenga en caso de sentir que necesitamos ayuda.
La tormenta hormonal tras el postparto
Sabemos que tras el parto, se producen importantes cambios hormonales en la madre. La placenta se encarga de producir una serie de hormonas durante el embarazo, y una vez que se expulsa, se reducen drásticamente los niveles de las mismas.
Esto favorece que se produzcan otras hormonas para la instauración de la lactancia materna y la involución uterina (contracciones del útero para volver a su tamaño original aproximado). Mientras se mantenga la lactancia materna, las hormonas van a retrasar la aparición de la primera menstruación postparto en muchas mujeres. Los cambios hormonales afectan en muchas ocasiones a la sexualidad de la mujer, debido a que pueden sentir sequedad vaginal o disminución del deseo sexual.
Además de estos cambios a nivel corporal, las hormonas del postparto también afectan al comportamiento materno, ya que propician que la madre desarrolle más atención hacia el recién nacido.
Como vemos estos cambios hormonales preparan nuestro cuerpo para criar a nuestro bebé, y son en su mayoría beneficiosos. Por otro lado, podemos encontrar labilidad emocional, esa inestabilidad en nuestras emociones que también está provocada en parte por las hormonas postparto.
Estado emocional de la madre
Hemos hablado de la idealización del postparto: ese momento tan esperado después de 9 meses de embarazo, en el que por fin tenemos a nuestro bebé al otro lado de la barriga, y en el que no podemos tener otro sentimiento que no sea el de felicidad y gratitud… ¿no podemos?
Definitivamente sí, y es más, es muy frecuente que las madres sientan tristeza, cambios frecuentes de humor, agobio o ansiedad durante el postparto. Esto tiene su explicación en el cambio hormonal que se produce en la etapa después del parto. También puede afectar la preocupación y estrés por los distintos cambios corporales y sociales, que sumados a la “tormenta de hormonas” aumentan exponencialmente.
Y por si fuera poco, debido a esta idealización y poca visibilización de la realidad del postparto, muchas veces nos sentimos culpables por sentirnos mal.
Ante esto es importante validar nuestros sentimientos como normales, aunque no sean los esperados por la sociedad o por nosotras mismas, entender de dónde vienen y expresarlos a nuestras personas de confianza. Y por supuesto, terminar con esa cultura de culpabilización de las “malas madres” que rompen con los estándares sociales.
Es importante también saber que existen patologías a nivel emocional dentro del postparto, como la depresión postparto, que se da en un 10-15% de las mujeres que han dado a luz. Ante situaciones de tristeza o llanto repetidas o de larga duración, no dudes en consultar con tu matrona o tu médico de atención primaria.
Necesidad de ser supermadres
En muchas mujeres surge la necesidad de ser la mejor madre para nuestro bebé. Y esto en un principio parece lo normal, ¿verdad? Incluso a veces podemos sentir que no somos capaces de cuidar a nuestro bebé correctamente.
Esta sensación también puede considerarse normal en momentos puntuales, hasta nos puede ayudar a buscar ayuda o informarnos para mejorar nuestros cuidados. Sin embargo, cuando esta sensación de incapacidad se prolonga en el tiempo o se acompaña de mucho sufrimiento materno, se debe consultar a un profesional sanitario.
Si es cierto que debemos tener unos conocimientos básicos para el cuidado del recién nacido, también es importante saber que todo lo que un bebé necesita es su madre. En ella puede encontrar alimento, calor, seguridad y confort y es por ello que debemos confiar en nosotras mismas sin dejar de lado la sensatez y coherencia.
Por otro lado, además de llevar a cabo los cuidados del bebé lo mejor que podemos, la sociedad siempre ha impuesto que las mujeres somos responsables de que la vivienda esté limpia, la colada esté hecha, el frigorífico esté lleno y las comidas preparadas.
Todo esto a la vez que estamos presentables para recibir a todas las visitas que vienen a conocer al bebé con unos buenos aperitivos. Esto es sencillamente irreal, y muchas mujeres llegan a sentirse mal por no poder llegar a todo.
Por suerte, actualmente esto está cambiando y cada vez son más las mujeres que rechazan ser supermamás, para ser simplemente la madre que su bebé necesita.
El cuerpo de la madre tras el postparto
El organismo pone en marcha una serie de cambios a nivel hormonal y físico para pasar del estado de gestación en el que se encontraba hacia un nuevo estado, que en muchas ocasiones nunca va a ser igual que el que teníamos antes de estar embarazadas.
El cuerpo puede cambiar tras el postparto, y eso no es algo malo.
En ocasiones al observarnos en el postparto podemos tener sentimientos negativos hacia nuestro cuerpo, es totalmente comprensible reaccionar así a los cambios. Pero debemos interiorizar que hemos gestado a nuestro bebé, hemos permitido su nacimiento y probablemente lo alimentemos con nuestro cuerpo.
Todo esto ha sido gracias a estos increíbles cambios que se han producido y debemos sentirnos orgullosas de nuestros cuerpos.
Es importante visibilizar los cuerpos reales después de gestar y parir (y realmente en todas las etapas de la vida) para que ninguna mujer piense que tener barriga, estrías, o la piel flácida es algo anormal en su cuerpo y tenga que eliminarlo, ya que esto puede llevar a problemas graves de baja autoestima, no aceptación de su cuerpo o incluso trastornos de la conducta alimentaria.
Conociendo todo esto, entendemos que el postparto es una etapa transcendental en la vida de una familia, en la que la correcta y progresiva adaptación va a suponer que vivamos ese proceso de forma satisfactoria y saludable. Por tanto no vamos a definir un tiempo concreto para la finalización del postparto (mucho menos 6 semanas), sino que el postparto durará el tiempo que cada mujer, cada bebé, necesite para adaptarse en todos los niveles a la nueva vida.
Durante el embarazo o previamente, nos informamos mucho sobre la gestación y el parto, tanto desde las clases de educación maternal que nos ofrece nuestra matrona como mediante búsqueda de información individualmente. Y eso está genial. Pero no debemos olvidar, que aunque el parto es un momento muy importante, el postparto es el comienzo de todo.
El postparto es una etapa que puede tener complicaciones si no tenemos los recursos e información para adaptarnos de la mejor forma posible en cada caso. Así que te animamos a informarte sobre qué esperar de esta etapa y cómo puedes cuidarte para que puedas disfrutarla con buena salud, en nuestro próximo post “¿Qué podemos hacer para cuidarnos en el postparto?”
Maravillosa perspectiva sobre un asunto tan poco tratado, hacía falta escribir sobre esto
¡Gracias!